lunes, 12 de noviembre de 2012

Hakone, viaje al valle del Infierno

"Por aquel entonces, ir a Hakone para hacer una cura de aguas era algo extraordinario, un acontecimiento único en la vida. Incluso si se disponía de dinero, resultaba un viaje muy dificultoso. Habitualmente, se salía desde Shinagawa por la mañana y se pasaba la primera noche en Hodogaya o Totsuka. Al día siguiente, se continuaba y se hacía noche en Odawara, pero podía suponer tres días el llegar allí si se viajaba con personas que caminaran despacio, como mujeres o ancianos." Hanshichi. Okamoto Kidô

Estamos de nuevo en la estación de Shinjuku desde dónde a las 7:28 minutos sale el “Romancecar” que en poco más de una hora y veinte nos dejará en la estación de HakoneYumoto.

Lo habitual es realizar una ruta circular que permite ver las más importantes atracciones de la zona. Iniciamos nuestro recorrido y para ello nada más llegar a la estación de HakoneYumoto tomamos el autobús que nos deja en MotoHakone, empezamos así a amortizar el Hakone Freepass.

Al bajar del autobús, y bordeando el lago, nos dirigimos a la Calzada de los Cedros, un paseo flanqueado de cedros centenarios y que formaba parte de la antigua ruta Tokaido que unía Kyoto y Edo.

Hacemos un alto en el camino para acercarnos a un viejo palacete de estilo occidental que se ha convertido en un maravilloso mirador del lago Ashi. En días claros, desde aquí también se puede ver una magnífica panorámica del monte Fuji. Hoy no hemos tenido esa suerte, pero sí pudimos divisarlo a lo lejos mientras se ocultaba el sol en Yokohama.

Después del mirador, regresamos a la calzada de los Cedros y llegamos al Punto de Control de Hakone, una fiel reproducción de lo que era esta aduana en el tiempo del shogunato de Tokugawa que instauró un fuerte control en el movimiento de personas y mercancías.

Dejando atrás el Punto de Control, llegamos a HakoneMachi donde nos acercamos al puerto para tomar el barco que nos llevará, a través del lago Ashi hasta el puerto de Togendai. El viaje se realiza en unos barcos que son reproducciones de época. El trayecto, incluido en el Hakone Freepass, dura unos 30 minutos.

Después de comer algo ligero en un tranquilo restaurante en el borde del lago, subimos al Hakone Ropeway, el teleférico que nos llevas hasta Owakudani.

A Owakaduni se le conoce como “El valle del infierno”. Nada más llegar a la cima de la montaña, aparece el cráter de Owakuzawa. Hace unos 3000 años, y a causa de la actividad volcánica de su interior, la montaña estalló dejando este enorme agujero. Toda la montaña es un extraño paisaje de brumas y nebulosas a causa de los gases que deja ir, gases con un penetrante olor a azufre que justifica plenamente su sobrenombre.

La tradición exige comer alguno de los famosos huevos negros de Owakaduni. Famosos porque están cocidos en los charcos de agua sulfurosa de la montaña, y negros porque es el color que se le queda a la cáscara después de su contacto con el agua sulfurosa. La tradición dice que por cada huevo que comas vivirás siete años más, pero tampoco es cuestión de darse un atracón.

Después de recorrer y asombrarnos con la montaña humeante, tomamos de nuevo el teleférico pero está vez en dirección a Sounzan. Continuamos nuestro recorrido en el tranvía que nos lleva a la estación de Gora y aquí tomamos el Hakjonetouzan que nos cierra el círculo llevándonos, en poco más de 40 minutos, a Hakone Yumoto desde donde tomamos el Odayaku Limited que nos lleva de nuevo hasta Tokyo. Todos los trayectos están incluidos en el Hakone Free Pass.

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