miércoles, 19 de diciembre de 2012

Parada en Guilin de camino a Yangshuo

"No se tranquilizó hasta que llegaron al famoso lago, donde la brisa fragante y la plácida belleza del lugar le calmaron los nervios. Unas nubes enormes teñían de violeta el lago y el cielo, componiendo así un espléndido telón de fondo para la ruinosa Pagoda de la Cumbre de los Truenos." Herencia. Lan Samantha Chang.


Después de desayunar y dejar el hotel, tomamos un taxi (160 ¥) que nos conduce al aeropuerto. Nos despedimos de una ciudad que merece, sin duda, muchos más días para poder explorarla y captar su verdadera esencia. Nuestra despedida no quiere ser un adiós, sino un hasta luego. A las 12:25 sale nuestro vuelo de China Southern Airlines que nos ha de llevar hasta Guilin.

Es el tercer vuelo que tomamos ya en China y no hace más que confirmarnos lo absurdo de cualquier prejuicio. Los aviones son modernos, cómodos y amplios, el servicio a bordo impecable y la experiencia de la comida china a bordo cuanto menos, exótica.

En el aeropuerto de Guilin tomamos un taxi (100 ¥) que nos lleva hasta el hotel. Ya nos hemos acostumbrado a esperar lo inesperado, así cuando el taxista nos pregunta si puede parar un momento a recoger a su mujer, que nos pilla de camino, no nos extrañamos, la llama por teléfono y la recogemos poco antes de llegar al hotel.

Se trata del Jing Guan Ming Lou Holiday Hotel, un hotel tradicional inmejorablemente situado frente al lago. De hecho es como un pequeño museo -con habitaciones-, tanto por su decoración, como por los antiguos objetos que llenan diferentes vitrinas situadas en los pasillos o en el mismo comedor

Dejamos las maletas y nos disponemos a aprovechar el poco tiempo que tenemos en Guilin. Previamente, en el aeropuerto ya hemos dejado contratado el pasaje del barco que mañana nos llevará hasta Yangshuo.

Bordeamos el lago Shan Hu para contemplar las Pagodas del Sol y de la Luna en todo su esplendor y nos acercamos a la calle peatonal de Zhongshan Beilu, una zona extremadamente animada. Cenamos tranquilamente en una terraza –una pizza al estilo chino regada con una helada cerveza- y continuamos disfrutando de la noche en Guilin. Volvemos a la parte del lago donde están situadas las dos Pagodas, que proyectan su luz -dorada y azul- en una noche cerrada, y con un tranquilo y relajado paseo regresamos al hotel.

Pagodas del Sol y de la Luna
El inevitable picante


Zhongshan Beilu
Guilin

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